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jueves, 4 de julio de 2013

[Entrevista] Eddie Fleischman: “El problema de Paolo Guerrero con la selección es emocional”






El rendimiento de Paolo Guerrero en los últimos partidos por las Eliminatorias no ha sido el esperado. Para muchos queda claro que el Guerrero que vemos en la actualidad no es el mismo que deslumbró a periodistas, entrenadores y aficionados al fútbol durante la Copa América. Esto se ve reflejado en su sequía goleadora, la cual se ha prolongado por cinco partidos. ¿Qué sucede con Paolo Guerrero? ¿Se trata simplemente de un bajón físico o existen otros motivos que le impidan tener un desempeñó óptimo? Mediante esta entrevista, Eddie Fleischman, periodista de ATV, nos da su punto de vista sobre la causa del irregular momento de Guerrero en la selección.



¿A qué se debe el bajo rendimiento de Paolo Guerrero en los últimos partidos de las Eliminatorias? ¿Es sólo un bajón físico o hay algo más?

Hay un tema con el carácter de Paolo Guerrero, que hace que veamos diferentes versiones de él. Yo creo que Paolo Guerrero necesita sentirse principal. No por un afán de protagonismo, sino porque es su carácter. Creo que él responde mejor cuando siente que es la figura del equipo.  Cuando distribuye esa responsabilidad entre otros, se diluye. En la Copa América se vio al mejor Paolo Guerrero.  En las eliminatorias da la impresión de que Guerrero no se enfocara en los partidos.  Contra Paraguay, en Asunción, esto se vio a los dos minutos de empezado el juego.  Con Colombia, en Barranquilla, sucedió lo mismo. No es una cuestión de jugar bien o mal, es una cuestión de enfoque, de cuánta ambición tengas y cuanta agresividad  (en el buen sentido) muestres para afrontar el partido. Yo no he visto a Paolo Guerrero con esa ambición, es por eso que en la selección no hemos tenido su mejor versión, al menos desde la Copa América. A veces incluso  tengo la  percepción  de que Paolo Guerrero se subestimara a sí mismo cuando está con Pizarro.

Siempre hay una discusión sobre los dos…

Tengo la percepción de que se menosprecia a sí mismo cuando está Pizarro. Analizando la situación, siempre tuvo a Pizarro delante. Cuando estuvo en el Bayern Múnich, a veces tenía que reemplazarlo. Luego, mientras él tuvo que irse al Hamburgo, Pizarro se quedó en Múnich. Tengo la sensación de que hubiera un problema con Pizarro que influye en su reacción con el equipo, pero que no tiene nada que ver con el trato personal. 

¿Valdría la pena prescindir de uno de ellos para tener un mayor funcionamiento del equipo?

Difícil. Para mí Claudio Pizarro es fundamental en la selección, es el jugador de más categoría que tiene la selección, con buena diferencia. Prescindir de él para apostar a tener al mejor Paolo Guerrero es riesgoso. En la Copa América funcionó, pero ahora ¿si no funciona? Poniéndome en los zapatos de Sergio Markarián, me pongo a pensar: “Para mi Pizarro es insustituible, es el líder, el capitán. ¿Vale la pena sacrificarlo para tener al mejor Paolo Guerrero? ¿Y si no resulta?”. El partido con Uruguay hay que ganarlo, y para eso, hay que poner todo. Yo creo que cabría una conversación extensa con Paolo Guerrero, para intentar convencerlo y tenerlo entregado a la selección, como no ha sucedido, en mi opinión. Lo vemos en los berrinches. Estos son sintomáticos, no son una reacción del momento. Yo considero que tiene que ver más con su estado de ánimo. Esto lo desenfoca del partido, porque empieza a preocuparse por el rival, por su duelo personal, por el árbitro. 

No se le ha visto conectado con sus compañeros.

Claro. Te pongo un ejemplo: Robert Lewandowski, un tipo que puede jugar bien, jugar mal, hacer goles o no hacerlos. Otro caso es Mandzukic. Son delanteros que están los noventa minutos enfocados en su tarea. Tú no los ves en una discusión que les demore veinte minutos, que se reanude después y que se hagan señas al terminar el primer tiempo. No levantan los brazos en cada falta. Esos son síntomas de desenfoque, de estar preocupado en otros temas. Yo creo que eso es lo que sucede con Paolo Guerrero. No se está enfocando en hacer lo que tiene que hacer para la selección durante los noventa minutos de juego. Me parece que el problema pasa por ahí, por lo emocional, por lo psicológico, más que por un bajón futbolístico.

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